Iniciamos una serie de escritos que van a intentar describir los “vacíos, lagunas, incongruencias…” del sistema educativo español. Vamos a necesitar vuestras aportaciones, no lo sabemos todo, ni mucho menos.
Muchas voces de intelectuales se han alzado para pedir una ley Educativa que sea capaz de mantenerse en el tiempo, algo más de lo que dura la legislatura del partido gobernante. Si no podemos ponernos de acuerdo en los contenidos (materias) pactemos unos mínimos. Pero no se trata de ir bajando el nivel sino de subirlo. Los acuerdos de mínimos hacen que los títulos sean papel mojado. Graduarse, por ejemplo, en la ESO, sólo va a servir para poder sacarse el carné de conducir. Las diferentes reformas educativas no han hecho más que ir tapando las carencias de otras administraciones. La escuela sirve para acoger a los más listos y a los menos, a los que quieren estudiar y a los que no, a los que vienen a pasar el rato, a los que vienen a molestar a la mayoría… y son estos los que en un porcentaje muy bajo hacen que esos muchos no aprovechen más el estudio. Que los maestros se dediquen más a cuestiones disciplinarias que a dar clase. En preocuparse de llamar a los padres (nunca cogen el teléfono) cuando de portan mal, no viene a clase; en reclamar que se matriculen y traigan las fotos y paguen; que traigan los carnés de vacunación; que el psicopedagogo les dictamine su problema… avisarles de los días que han de matricularse, comprar los libros del curso y el material… y mucho más.
Pueden repetir dos años durante la ESO, justo, pueden acabar cuarto y tener 18 años, a trabajar. Sino a prueban se les propone cursos de formación laboral. Claro, la escuela hace de INEM, de Centro de Menores; de Centro de día, de Asistencia social, de Escuela de Padres, de centro médico-psiquiátrico, etc. ¿Cómo va a funcionar el sistema educativo? “Aquí no hay quien de clases”.
Eso sí, la escolarización es obligatoria hasta los 16 años.
Seguiremos, el tema da para mucho y más, ¿no les parece?
Muchas voces de intelectuales se han alzado para pedir una ley Educativa que sea capaz de mantenerse en el tiempo, algo más de lo que dura la legislatura del partido gobernante. Si no podemos ponernos de acuerdo en los contenidos (materias) pactemos unos mínimos. Pero no se trata de ir bajando el nivel sino de subirlo. Los acuerdos de mínimos hacen que los títulos sean papel mojado. Graduarse, por ejemplo, en la ESO, sólo va a servir para poder sacarse el carné de conducir. Las diferentes reformas educativas no han hecho más que ir tapando las carencias de otras administraciones. La escuela sirve para acoger a los más listos y a los menos, a los que quieren estudiar y a los que no, a los que vienen a pasar el rato, a los que vienen a molestar a la mayoría… y son estos los que en un porcentaje muy bajo hacen que esos muchos no aprovechen más el estudio. Que los maestros se dediquen más a cuestiones disciplinarias que a dar clase. En preocuparse de llamar a los padres (nunca cogen el teléfono) cuando de portan mal, no viene a clase; en reclamar que se matriculen y traigan las fotos y paguen; que traigan los carnés de vacunación; que el psicopedagogo les dictamine su problema… avisarles de los días que han de matricularse, comprar los libros del curso y el material… y mucho más.
Pueden repetir dos años durante la ESO, justo, pueden acabar cuarto y tener 18 años, a trabajar. Sino a prueban se les propone cursos de formación laboral. Claro, la escuela hace de INEM, de Centro de Menores; de Centro de día, de Asistencia social, de Escuela de Padres, de centro médico-psiquiátrico, etc. ¿Cómo va a funcionar el sistema educativo? “Aquí no hay quien de clases”.
Eso sí, la escolarización es obligatoria hasta los 16 años.
Seguiremos, el tema da para mucho y más, ¿no les parece?
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