
No podemos hablar que hoy día estemos ofreciendo una formación y una educación con garantías. Cada vez más, nos estamos dando cuenta que muchas de las cosas aprendidas en la universidad no nos han valido para nuestro trabajo diario porque ha habido, y todavía hay, una distancia insalvable entre lo que muchas veces nos enseñan, la teoría, con lo que después nos encontramos, la práctica.
En nuestras escuelas, institutos y universidades, estamos preparando a los jóvenes para que puedan afrontar unos retos que posiblemente no se les presenten nunca, y por otro lado estamos descuidando otros que les serán muy necesarios. Quizás uno de los trabajos emergentes de futuro pudiera ser el de intermediador o consultor en asuntos religiosos. Y para eso no existe un plan de formación específico.
Todas esas ideas laicistas mal entendidas impuestas por los "gurus" de las teoría educativas políticamente dominantes, que han intentado implementarse en la educación en los últimos veinte años, está llegando el momento de pagarlas caras. Hemos educado a analfabetos funcionales en materia de cultura religiosa y, como ya saben, la incultura, lleva al miedo a lo desconocido, al conflicto y quién sabe si al enfrentamiento irracional.
Todas esas ideas laicistas mal entendidas impuestas por los "gurus" de las teoría educativas políticamente dominantes, que han intentado implementarse en la educación en los últimos veinte años, está llegando el momento de pagarlas caras. Hemos educado a analfabetos funcionales en materia de cultura religiosa y, como ya saben, la incultura, lleva al miedo a lo desconocido, al conflicto y quién sabe si al enfrentamiento irracional.
La Generalitat de Catalunya consciente de todo esto tuvo la brillante idea de crear una direcció general d'afers religiosos, dependiente del Departament de Vicepresidencia. ¡Todo un acierto! Esta dirección general ha publicado una guía para la gestión religiosa en los centros educativos. De nuevo felicidades por la idea y por el trabajo que todo el equipo de esta direcció general está llevando a cabo con la difusión y normalización del hecho religioso en todos sus ámbitos. Un gran ejemplo a seguir y que viene a cubrir la falta de formación sobre esta materia que existe en los profesionales que actualemente trabajan en el ámbito educativo y que han sido victimas de un programa que siempre fue excluyente con todo lo relacionado con la religión.