
El Sr. Villaronga ha convocado elecciones a la FERC en virtud de unos estatutos supuestamente aprobados por una supuesta asamblea, convocada por una supuesta junta que supuestamente está pendiente de que un juez dictamine si todos estos supuestos dejan de serlo.
Y de nuevo Tarragona, lugar del encuentro y de la la maquinación. Lugar donde se han gestado todas las supuestas irregularidades a través de diferentes "asambleas". Sí, esa Tarragona donde nos están recortando jornadas a algunos profesores de Religión y donde los delegados sindicales callan. Ellos se sienten blindados y seguros, así que todo el mundo a callar y a obedecer.
Pero en Tarragona ya hay voces que decimos "prou". En Tarragona no nos merecemos ésto, Catalunya no se merece esto; no nos lo merecemos ninguno de nosotros.
Covocar unas elecciones para dividir, en vez de unir, saltándose todo precepto moral y legal, y fundamentar esas elecciones en unos estatutos que no han sido aprobados por el Departament de Treball ni publicados todavía por el DOGC, Sr. Villaronga, es una gravísima irresponsabilidad.
¿Qué pasará si una vez celebradas las elecciones no le aprueban sus estatutos, Sr. Villaronga? ¿Qué pasará si un juez dictamina que todo lo que usted ha hecho queda anulado? ¿Da igual? ¿Ha calibrado el daño que podría a hacer a muchas personas que le han seguido como a un líder sectario, sin mirar que lo que hacían era ilegal? ¿Ha calibrado el daño que está infringiendo a muchas personas que buscan la legalidad y no comulgan con las ruedas de molino que usted le propone?
En una carta nos hizo saber del sufrimiento de su familia. Lo siento mucho, de verdad, pero usted es el causante del dolor de su propia familia y el de otras muchas familias que no son la suya. Porque ¿es usted consciente que el resto de personas a los que usted desprecia y ataca también tienen familia? ¿O no lo había pensado nunca?
Lo de sentirse poderoso, a los políticos les gusta mucho, y usted lo ha fijado como objetivo. Para conseguirlo no ha reparado en ningún medio a utilizar. Pretende llegar a conseguirlo aun dejando un reguero de afectados por el camino. ¿Le da igual, o ha sido aquello que dicen los políticos "un error de calculo" en la estrategia? A eso usted le llamará costes políticos o incluso daños colaterales, pero todos sabemos que las palabras esconden algo más, en este caso, mucho más.
Me gustaría finalizar este artículo haciéndome eco de las palabras que anteayer pronunció el Papa Benedicto XVI en las que denunciaba y afirmaba que "la mayor persecución a la iglesia son los pecados que existen en ella". Traslado esta denuncia a algunas actuaciones de la FERC ya que están haciendo daño al colectivo de profesores y maestros de religión, a muchas personas creyentes y a la propia Iglesia. Espero que, al menos, esta última no tarde en desvincularse de las actuaciones del Presidente de la FERC. Aún está a tiempo.