viernes, 26 de septiembre de 2008

La puerta de entrada

No es inusual, a lo largo de nuestro camino laboral, encontrarnos con recriminaciones respecto a nuestra forma de entrar a formar parte del colectivo de docentes. Es parte del maltrato psicológico que ya hemos comentado anteriormente en otro artículo del Reliblog. Quien mas y quien menos ha oído alguna vez la expresión de “haber entrado por la puerta falsa”, referida a un maestro o profesor de religión. La expresión es profundamente injusta, ya que trata de menospreciar una forma -quizá no la habitual- válida, ya que está contemplada por la ley, de entrar a trabajar en la administración pública.
No entraremos ahora en una batalla dialéctica sobre cómo son los procesos de oposiciones y los colectivos que han entrado a formar parte del cuerpo de docentes sin éstas. Tampoco hablaremos de los métodos que se han utilizado para conseguirlo. Sólo queremos hacer ver que en nuestro proceso , el de los docentes de religión, las puertas a atravesar no han sido sólo una, ni han sido falsas. Las puertas a atravesar son dos, y bien reales: Por un lado, la del obispado; por otro, la de la administración pública. Así, la exigencia de entrada en nuestro colectivo siempre ha sido doble, como lo ha sido también, a diferencia de nuestros compañeros de claustro, la exigencia de nuestra titulación. Ha habido personas que no han conseguido atravesar la segunda puerta, otros ni tan siquiera la primera. Si os encontráis alguna vez a alguien que os hace el comentario de la puerta falsa, explicadle esta argumentación. Su cara cambiará.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Promoción o que acaben pronto

Cada inicio de curso el profesorado se plantea, a tenor de la normativa de turno, el terrible problema de la repetición de curso del alumnado. Casi todos son de la opinión que los que no lleguen a unos mínimos, sea por absentismo, por no dar ni un palo al agua… no deben pasar y, por tanto, han de repetir. Esta medida que parece tan evidente, a la hora de la verdad crea muchos problemas en y para los centros. Según la normativa vigente pueden repetir en toda la etapa de la ESO, dos cursos. Eso significa que podemos encontrarnos con alumnos de 18 años, haciendo cuarto de la ESO. Si se hacen repetir a “demasiados alumnos”, se crea una “superpoblación” en las aulas, es decir no caben en el centro. ¿Qué hacer entonces? ¿Los pasamos con asignaturas pendientes y vamos arrastrando el problema y conseguimos, en un equilibrio casi circense, que lleguen a los 16 años y se vayan? ¿Qué hacemos?

lunes, 22 de septiembre de 2008

¡Contra el maltrato, tolerancia cero!

Dicen los estudios sociológicos que hay colectivos que son especialmente vulnerables a ser maltratados física y/o psicológicamente. Se habla de minorías, grupos socialmente más débiles como enfermos, niños, mujeres o ancianos. En estas listas, sin embargo, no conozco todavía que se haya hablado del maltrato, en este caso psicológico, que sufren y han sufrido algunos maestros y/o profesores de Religión.

Dentro de la disputa Iglesia y Estado-sociedad laica, parece que todo el mundo tiene derecho a opinar sobre el modelo religioso que quiere imponer, por encima de todo y pasando por encima de quien sea. Es por eso que muchos docentes de religión han sido tradicionalmente maltratados psicológicamente por algunos estamentos y personas en particular. Todo el mundo se ha atrevido y se atreve con ellos: Son débiles, son pocos y han tenido habitualmente pocos derechos…

En el pasado el maltrato psicológico de este colectivo vino a través de los recortes de jornada laboral sin justificación. Crearon un gran malestar y nerviosismo porque se hicieron sin criterio y sin sensibilidad. Mucha gente no pudo más y abandonó. Algunas instituciones contribuyeron a ese maltrato con su silencio de consentimiento.

No hace mucho, el maltrato ha venido a través de las coacciones sobre las formas de vida, actuaciones personales o justificantes que había que presentar por las cuales te podían quitar tu puesto de trabajo: Mejor dicho, de forma eufemística lo llamaban “no renovación”. Este tipo de maltrato todavía sigue, en algunos casos, vigente.

En el pasado, y todavía en la actualidad, el maltrato ha venido y viene dado por los lugares indignos donde se ha colocado al de “Reli” para que ejerza su labor docente (váteres reciclados en aula, comedores de escuela donde el profesor de religión prepara su trabajo, separado de los niños que van a comer, tras una cortina, aulas llenas de columnas y sin visión...).

En muchas ocasiones el maltrato ha venido a través de la contestación o la orden denigrante hacia la persona o su profesionalidad. Expresiones como “vete a empaquetar libros que no te enteras de nada…”,“tú, vete de excursión en coche detrás del autobús y luego te vuelves”, “tú no tenías que estar aquí” o el socorrido "No es por ti, pero estoy en contra de que tú estés aquí”.

Todas estas actitudes hacen daño, denigran y son claramente de maltrato psicológico. Los afectados nunca se atreven a denunciarlo, como pasa con los otros maltratados.

¿Te has sentido alguna vez así? Explícalo, si quieres, en los comentarios.

Continuará....

jueves, 18 de septiembre de 2008

Hacer creer lo que no es

De nuevo correo electrónico de la “Delegació d’Ensenyament del Bisbat” a todos los maestros y profesores de Religión. El remitente sólo pone un escueto “Ensenyament” en su identificación, con lo que simplemente estamos ante una verdad a medias respecto a quien nos está enviando el mensaje, ya que oculta de forma deliberada la palabra “Bisbat”. ¿Por qué esta actuación? La respuesta es bien sencilla: Se trata de un juego malintencionado que pretende generar confusión (de eso ya hablaremos en su momento) y miedo entre todo un colectivo.
El autor del mensaje quiere hacer creer que la Delegación Episcopal correspondiente, está ligada a la entidad administrativa de gobierno que controla todo el proceso laboral de los profesores de religión. Intenta hacer creer lo que no es. La única intención de este hecho es la de querer seguir controlandolo todo, como ocurría hasta hace poco. Me explico: si se acuerdan, los gobiernos de CiU de la Generalitat de Catalunya, tenían como una de sus conselleries la de “Ensenyament”. Con la llegada del Tripartito, el nombre cambió a “Educació” y claro, hubo alguien que se dio cuenta y se apropió del termino que había quedado “huérfano”. La situación se complica todavía más cuando la mayor parte de los docentes sigue llamando “Ensenyament” al "Departament d’Educació". El lío está servido y desde la susodicha Delegación se está aprovechando la circunstancia para dar la imagen que todavía tienen poder, controlan todos los proceso de este colectivo, colocan a los trabajadores en los centros que ellos dicen, e incluso legislan, pero no, afortunadamente las cosas han cambiado y ya no son así.

martes, 16 de septiembre de 2008

Sistema educativo o hermanitas de los pobres



Iniciamos una serie de escritos que van a intentar describir los “vacíos, lagunas, incongruencias…” del sistema educativo español. Vamos a necesitar vuestras aportaciones, no lo sabemos todo, ni mucho menos.

Muchas voces de intelectuales se han alzado para pedir una ley Educativa que sea capaz de mantenerse en el tiempo, algo más de lo que dura la legislatura del partido gobernante. Si no podemos ponernos de acuerdo en los contenidos (materias) pactemos unos mínimos. Pero no se trata de ir bajando el nivel sino de subirlo. Los acuerdos de mínimos hacen que los títulos sean papel mojado. Graduarse, por ejemplo, en la ESO, sólo va a servir para poder sacarse el carné de conducir. Las diferentes reformas educativas no han hecho más que ir tapando las carencias de otras administraciones. La escuela sirve para acoger a los más listos y a los menos, a los que quieren estudiar y a los que no, a los que vienen a pasar el rato, a los que vienen a molestar a la mayoría… y son estos los que en un porcentaje muy bajo hacen que esos muchos no aprovechen más el estudio. Que los maestros se dediquen más a cuestiones disciplinarias que a dar clase. En preocuparse de llamar a los padres (nunca cogen el teléfono) cuando de portan mal, no viene a clase; en reclamar que se matriculen y traigan las fotos y paguen; que traigan los carnés de vacunación; que el psicopedagogo les dictamine su problema… avisarles de los días que han de matricularse, comprar los libros del curso y el material… y mucho más.

Pueden repetir dos años durante la ESO, justo, pueden acabar cuarto y tener 18 años, a trabajar. Sino a prueban se les propone cursos de formación laboral. Claro, la escuela hace de INEM, de Centro de Menores; de Centro de día, de Asistencia social, de Escuela de Padres, de centro médico-psiquiátrico, etc. ¿Cómo va a funcionar el sistema educativo? “Aquí no hay quien de clases”.

Eso sí, la escolarización es obligatoria hasta los 16 años.

Seguiremos, el tema da para mucho y más, ¿no les parece?

Tener y acaparar




Sorprende en algunas personas las ansias de tener y de acaparar. Y no me refiero sólo a la denuncia que acaba de hacer Benedicto XVI sobre el mal que genera el dinero en la sociedad, sino a otras formas, además del económico, de conseguirlo.

Podemos hablar de acaparar cargos, de querer tener más reconocimiento social, de tener poder o simplemente de poder “colocarse” a costa de lo que sea y de quien sea. Son otras formas de tener y acaparar diferentes del económico, pero igual de malos que éste.

Cada vez me cruzo en mi camino con más personas ansiosas por controlarlo todo: Son personas que duplican o incluso multiplican cargos, para ello manipulan sin escrúpulos, lo que sea; personas que miran de llegar a sus objetivos sin importarles cómo ni a quien dejen tirado por el camino. Vaya, lo que vulgarmente llamamos “trepas”; o personas que se escudan en el poder de terceras personas y que a su sombra se dedican a atemorizar y a crear una red de clientelismo basado en la coacción y en el miedo.

No sé quienes son peores pero desde luego esto que explico no es una novedad de nuestros días. Eso sí, el mensaje cristiano sobre el asunto es claro: ¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? (Mt. 16, 26)


miércoles, 10 de septiembre de 2008

Sólo una pregunta

Comienza el curso: Nuevas ilusiones, nuevos propósitos, nuevas ideas, nuevas esperanzas, nueva ley (como casi cada año) y... los mismos problemas. Uno de ellos es que la Jerarquía episcopal y algunos de sus delegados “ejecutores” viven al margen de la realidad. En este contexto, les plantearía una pregunta, que no espero que contesten, pero sí que les sirva para reflexionar profundamente. ¿Por qué a pesar de haber conseguido condiciones laborales inimaginables hace años, y haber conseguido un alto grado de estabilidad, los profesores de religión siguen buscando otro trabajo, y en cuanto pueden, marchan?
Por favor, piensen, y si no obtienen respuestas nosotros prometemos ir dando pistas.

martes, 9 de septiembre de 2008

Justificar la cultura religiosa


No nos vamos a engañar, en nuestra Comunidad lo que suene a religión, casi por principio, huele mal. Se rechaza de entrada la enseñanza de la religión católica porque aún preexisten viejos prejuicios. Aún se la relaciona con catequesis o adoctrinamiento. Una confusión adecuada para que los opositores critiquen su presencia en las escuelas y para algunos favorables intenten restituir su carácter misionero. En Cataluña, ya hace mucho tiempo que se ha dejado esa concepción de adoctrinamiento. Se enseña pura y llanamente, cultura de la religión. La escuela no se puede convertir en iglesia, sinagoga o mezquita. Es punto de encuentro de culturas, tradiciones, religiones, creencias y ateísmos. Si se obvia la enseñanza del pensamiento religioso, se obvia lo que supusieron y suponen en el origen y desarrollo de las sociedades y culturas actuales. Queramos o no, no se puede entender una sociedad sin su componente religioso. ¿Vamos a olvidarlo sin más? La justificación de la presencia de la religión en la escuela es tan sencilla que apenas requiere esfuerzo alguno. Cómo entender la literatura, la historia del arte, la música, la escultura, la pintura…

Justificar la religión, ¿por qué no las demás materias? ¿por qué el docente de religión es puesto en duda a priori? Alguien se ha preguntado alguna vez si, por ejemplo, el profesor de historia es un anarquista radical, un marxista, o un ultra, intenta adoctrinar a su alumnado, ¿podemos poner en duda a todos los docentes, o sólo algunos?

Dejemos ya argumentos caducos, vacíos, insostenibles e injustificados. Excluimos la religión en la escuela, o la cambiamos de nombre y le ponemos cultura de la religión ¿no debería ser lo mismo? ¿Por qué no convertirla en materia común, con un temario aprobado y controlado por las Administraciones, así como a sus profesores y nos olvidamos de la polémica de una vez por todas? ¿Quién sale beneficiado de esta situación? Seguro que los alumnos no, y el profesorado tampoco. Los primeros son privados de una parte importante de su formación y los segundos, obvia decirlo, ven peligrar su trabajo, ¿quién sale beneficiado entonces?

El debate sobre la religión

Muchas son las personas que dicen no interesarles nada de lo relacionado con la religión, pero, de verdad, háganme caso y si quieren amenizar una tertulia que va decayendo, introduzcan en un descuido cualquier tema relacionado con este asunto: Verán que los posicionamientos se enervan, las posturas son muy claras y todo el mundo cree tener la razón. ¡Habrá salvado una velada del aburrimiento!

Evidentemente la religión es uno de los temas que importan profundamente a nuestra sociedad, nadie se queda al margen ya que se trata de una realidad con la que vivimos día a día, que hay que tener siempre muy en cuenta y como no, que, como todo, hay que conocer para opinar.

Este interés, en muchas ocasiones viene siendo alimentado por las mismas asociaciones o personas que defienden beligerantemente la expulsión de cualquier atisbo religioso de nuestra sociedad, y sobre todo de nuestras escuelas. Inconscientemente, con esta actitud, están siendo las responsables de la introducción y avivamiento del debate en los medios y son ellas, las que sin quererlo, están dando la importancia que merece al hecho.

Nos guste o no la presencia de la religión en nuestra sociedad, no podemos ser indiferentes ante ella. Estaremos a favor o en contra, pero siempre opinaremos. Y si no, prueben: Ya verán, que como les digo, la discusión siempre se anima.