
El tiempo es ese elemento insobornable que desvela todo y dictamina sobre la catadura moral de las personas, porque al final todo se sabe.
Han tenido que pasar dos años para poder aclarar y entender muchas cosas que han sucedido en la FERC, pero ahora sí que lo entiendo todo.
Han tenido que pasar dos años y ser proclamada una nueva junta directiva (creo que la llaman "Permanente" , aunque espero que la palabra no quiera decir lo que parece que quiere decir) para llegar a la conclusión de que la AMRC y los delegados sindicales de Girona y Barcelona tenían razón. Me explico y voy por partes:
29 de marzo de 2008, el comienzo del fin. El delegado sindical de la FERC por Barcelona, Santiago Villanueva presenta una candidatura a la presidencia de la APRC y en una sesión azarosa, reventada por el Sr. Ferran Piñeiro y varias personas más (podría poner sus nombres y apellidos) consiguen boicotear la elección.
El Presidente de la FERC calla y contempla como mariscal de campo los movimientos de sus tropas, cómo se ejecutan las órdenes dadas. Por eso, discretamente, se va hundiendo en el sillón, quizás con la idea de no ser delatado y descubierto. Observa como se va degradando el ambiente asambleario, el personal y como se comienza a destruir, primero la APRC y después la FERC. Quizás su idea, en un principio, no era romper ni la una ni la otra, ya que en alguna otra ocasión había escenificado la misma actuación y le había salido bien. Ante un conflicto, simpre aparecía él como un "mesías salvador" de la FERC y la gente confiaba. Quizás, pensó que volvería a ser así, pero esta vez el cálculo le salió mal.
En medio del caos, las lágrimas, los abandonos de la sala y la deseperación, aparece la figura, también salvadora, de la "mediadora", la Sra. Glória Pi, que parece querer poner orden y ayudar en el conflicto. Se muestra como una persona neutral, que mira por el bien del colectivo, sensata, expeditiva y eficaz. Muchos le agradecen inocentemente su gesto, pero ¿realmente buscaba el bien de todos o ella también formaba parte de la estrategia?
El resultado de todo esto, ya lo sabéis: Finalmente Bernat Villaronga es proclamado presidente de la FERC y la APRC. Doble poder, porque no nos engañemos, él lo mide así.
Segundo caso, una vez controlada la FERC y la APRC, falta lo más difícil, la AMRC. Para ello el plan, urdido por las mismas cabezas pensantes, sigue el mismo esquema de estrategia: Conflicto interno, provocado en este caso por las Sras. Montse Batlle, Maria Luz Gómez, el Sr. Jordi Rubies, el mismo presidente de la FERC, Bernat Villaronga y ¿Sabéis quién más? Efectivamente, de nuevo el Sr. Ferran Piñeiro, que se presenta junto al presidente de la FERC, en una reunión de la AMRC (de la que no son socios) también para reventarla. Suerte que ante el conflicto aparece, de nuevo, la necesaria figura de la mediadora, con la misma bonhomía que la expuesta en el caso anterior. En esta ocasión, el papel de mediadora lo asume la Sra. Lourdes Monfort. Pero ya la segunda vez, no cuela. Tras intentos muy insistentes, por parte de la sra. Monfort, de que la AMRC se someta a una mediación con el grupo del Bernat Villaronga, eso sí, pagando la factura la AMRC, la mediadora acusa directamente, a través de una carta pública, a una de las partes del conflicto (la AMRC), de la otra parte (El Sr. Villaronga) no dice nada. De nuevo estrategia pura y dura, organizada, milimetrada y meditada.
Hoy podemos concluir que la Sra. Glória Pi y la Sra. Lourdes Monfort eran parte de la trama del Bernat Villaronga y Ferran Piñeiro. Eran el poli bueno de la película. A día de hoy, la primera es una estrecha colaboradora y amiga de ambos (incluso acude a los juicios a dar apoyo público al sr. Villaronga); la segunda ha sido recompensada por los servicios prestados con un cargo de alta responsabilidad: El de secretaria "nacional" de la FERC. Eso sí, hasta que el juez decida si sigue o no. Como diría un argentino, cuando la próxima vez me vengas con una mediación, por favor, no me cuentes "milongas". Y después de explicado todo esto, que cada palo aguante su vela.