lunes, 26 de enero de 2009

Guerras de religión

Oye profe, Eso de la guerra de Gaza es por causa de la religión, ¿no...? Claro, siempre es la religión la que provoca guerras...
Así de claro me preguntaba y, luego me afirmaba, el otro día una alumna su percepció de lo que estaba pasando en Oriente próximo, y por extensión en el resto del mundo.
Hubo un momento que no supe qué contestar. De hecho era cierto. En Israel o Palestina, como ustedes prefieran, se enfrentan dos culturas, ambas basadas en sistemas teocráticos profundos, e incluso en muchos momentos radicalizados. Es la antigua lucha bíblica entre Filisteos (de aquí viene el nombre de palestino) e Israel (que no ha cambiado el nombre), pero ahora con el papel cambiado, o no: Algunos pueden entender que ahora Israel tiene el papel del gigante Goliat y Palestina el diminuto David. Pero he afirmado un expresivo "o no" porque hay quien pudiera interpretar que el gigante continua siendo Palestina, ya que si ampliamos el zoom del mapa de la zona, nos encontraremos un diminuto, muy diminuto país, que concentra todos los odios y miradas de los países teocráticos de confensión islámica de su alrededor, Israel. Palestina es la escusa de muchos países del mundo musulmán para cumplir con su deseo de destruír Israel, porque ayudar, tampoco es que ayuden mucho (y me refiero al aspecto estrictamente humanitario) al pueblo Palestino. Si lo hacen, es fundamentalmente aportándoles armas, porque lo que sí les interesa es mantener vivo el conflicto.
En definitiva, guerras de religión desgraciadamente ha habido y continuarán habiéndolas. Aunque la religión sólo es una escusa más de algunos hombres, y sobre todo de algunos regimenes, para atacar al que es diferente o al que les molesta. En este caso Israel cumple con las dos condiciones.
Afortunadamente, hoy día, dentro de las grandes religiones existe cada vez más una corriente de búsqueda de los lugares comunes y de colaboración entre ellas. Toda persona religiosa busca su relación con el transcendental, tienen mediaciones para llegar a él y presentan unos principios morales comunes que puedieran llegar a ser universales. Hay muchas cosas que unen. Así que dejemos las guerras y los conflictos para aquellos que quieran buscar otras excusas, pero que nunca sea la religiosa. No dejemos que nuestros jóvenes vean la religión como la gran causa del mal en el mundo, porque la causa nunca es la religión, sino el propio hombre.

miércoles, 21 de enero de 2009

Normalidad laica

Barack Obama acaba de jurar su cargo de Presidente de los Estados Unidos. Todo el mundo ha centrado su vista en este acto, que muchos han entendido como un cambio muy importante en el país más poderoso del mundo. La expectación mediática ha sido inusitada. Las liturgia del acto milimetrada. Un espectáculo de primer orden mundial en el que por primera vez un presidente negro, perdón, afroaméricano (eufemismo para no herir sensibilidades) llegaba a la Casa Blanca.
Si analizamos a fondo el acto de toma de posesión de Obama, su discurso, sus formas podemos concluír que ha existido una absoluta normalidad laica. El nuevo presidente no ha escatimado símbolos: Ha jurado su cargo sobre una Bíblia, en el país que muchos señalan como dirigido por el lobby judio. Parece que a nadie le ha molestado. El mismo Obama ha dicho en su discurso: "Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos y e hindúes - y de no creyentes", pero el juramento como presidente de "todos los estadounidenses " lo ha hecho sobre una Biblia, y no ha pasado nada, a nadie le ha precido mal, ni nadie se ha quejado. También en su discurso ha hecho, en cuatro ocasiones, referencias a Dios y ha finalizado con el ya consabido "que Dios os bendiga, que Diós bendiga a América". Esto es la normalidad laica que tanto echamos en falta por estos lares.
Si esto se hubiera producido en España ya tendríamos la guerra montada. Estaríamos ya a a la greña sobre si retirar Biblias, crucifijos, cualquier otro elemento de simbología religiosa. Hablaríamos si un político debe jurar o prometer, si debe, en definitiva, hacer referencias a cualquier aspecto de la religión. Es el sinsentido carpetovetónico en el que sólo se tiene la razón si atacas y acabas con el prójimo. En definitiva, es la laicidad mal entendida.

viernes, 9 de enero de 2009

Publicidad sobre Dios

A cuentas de la existencia, o no existencia de Dios, varias asociaciones de tendencias totalmente opuestas (ateas y creyentes) se han enzarzado en una guerra publicitaria. Primero fue un cartel en los autobuses de Londres con el lema "There's probably no God... now stop worrying and enjoy your life" (Es probable que Dios no exista... Así que para de preocuparte y disfruta la vida). La campaña, con un cierto impacto mediático, ha sido recogida por una asociación de ateos de barcelona, que imitandio a la de Londres, y con su mismo lema, ya ha financiado la publicidad para dos autobuses de Barcelona.
La respuesta de asociaciones de pensamiento opuesto, no se ha hecho esperar. Tanto una iglesia evangélica de Madrid como la asociación e-cristians de Cataluña ya han avisado que también harán publicidad en sentido contrario. En definitiva una guerra entre bandos opuestos, y Dios en medio.
Sólo decir una cosa a cada uno de ellos:
A los primeros, si Dios no existe parece que les preocupa mucho. Yo nunca había visto a nadie hablar tanto de algo o alguien que no existe. Si no existe, actuad como tal y ya está.
A los otros. No hace falta que publicitéis a Dios y hacer de Él una arma ideológica. Dios se publicita por si solo.