Os explico el comentario que escuché el otro día en la dirección de mi escuela.
Yo estaba por allí por casualidad, sacando 50 céntimos de mi monedero para aguantar la mañana y hacerme con un cafecito.
LLegaron unos padres con un niño nuevo para matricular, un niño que yo vi muy grande, luego resultó ser de tercero de primaria.
El director (no creyente, pero muy legal) preguntó a los padres delante mío si el niño haría religión. Los padres se miraron y dijeron que SÍ. EL niño con una voz firme y potente dijo: "YO NO CREO EN DIOS". El director debería de haber obviado su comentario, pero cometió el error de volver a formular la pregunta y preguntó a los padres; ¿Qué hago? Quizá no fue correcta la pregunta del director pero ya sabemos lo que esto nos puede acarrear a la escuela, y al maestro de religión en este caso.
Por suerte los padres dijeron."Irá a religión, no podemos dejar que haga lo que le de la gana" Un 10 para los padres.
La tutora después vino a hablar conmigo y me dijo que estaba rebotado y que le empezó a decir que no queria ir a religión. Que esa magia de un Señor que baja y sube de la cruz, no es creible.
En fin compañeros por suerte o por desgracia no he tenido al niño todavia en la clase de religión.
Casualmente o sin casualidad, faltó a clase el día que tenía mi asignatura.
Cuando lo tenga os explicaré cómo ha ido. Me dicen que es un poco "rarillo". En la otra escuela de la que venía así lo definieron. De todas formas me han dicho que se enfadó con un niño y como respuesta le alzó una silla. Esto nada más que lo hacen los niños que hoy en día son un poco rarillos. No quiero saber cómo son los niños raros, raros.
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