
Si esta condena, por otro lado, nos impone dogmas en los que hay que creer y con los que hay que actuar consecuentemente, sin salirnos un milímetro de la norma, los dogmatismos ¿no nos estarían quitando lo que Dios mismo nos ha querido dar: "la libertad"? Es la eterna disputa entre moral autónoma y moral heterónoma.
Quizás nos estemos equivocando en cúal es el fin de la religión. Quizás esta reflexión nos pueda llevar más cerca del amor de Dios que el que nos pudieran ofrecer algunos extremismos.
"La verdad os hará libres..." y la Religión debería.
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