De nuevo correo electrónico de la “Delegació d’Ensenyament del Bisbat” a todos los maestros y profesores de Religión. El remitente sólo pone un escueto “Ensenyament” en su identificación, con lo que simplemente estamos ante una verdad a medias respecto a quien nos está enviando el mensaje, ya que oculta de forma deliberada la palabra “Bisbat”. ¿Por qué esta actuación? La respuesta es bien sencilla: Se trata de un juego malintencionado que pretende generar confusión (de eso ya hablaremos en su momento) y miedo entre todo un colectivo.
El autor del mensaje quiere hacer creer que la Delegación Episcopal correspondiente, está ligada a la entidad administrativa de gobierno que controla todo el proceso laboral de los profesores de religión. Intenta hacer creer lo que no es. La única intención de este hecho es la de querer seguir controlandolo todo, como ocurría hasta hace poco. Me explico: si se acuerdan, los gobiernos de CiU de la Generalitat de Catalunya, tenían como una de sus conselleries la de “Ensenyament”. Con la llegada del Tripartito, el nombre cambió a “Educació” y claro, hubo alguien que se dio cuenta y se apropió del termino que había quedado “huérfano”. La situación se complica todavía más cuando la mayor parte de los docentes sigue llamando “Ensenyament” al "Departament d’Educació". El lío está servido y desde la susodicha Delegación se está aprovechando la circunstancia para dar la imagen que todavía tienen poder, controlan todos los proceso de este colectivo, colocan a los trabajadores en los centros que ellos dicen, e incluso legislan, pero no, afortunadamente las cosas han cambiado y ya no son así.
El autor del mensaje quiere hacer creer que la Delegación Episcopal correspondiente, está ligada a la entidad administrativa de gobierno que controla todo el proceso laboral de los profesores de religión. Intenta hacer creer lo que no es. La única intención de este hecho es la de querer seguir controlandolo todo, como ocurría hasta hace poco. Me explico: si se acuerdan, los gobiernos de CiU de la Generalitat de Catalunya, tenían como una de sus conselleries la de “Ensenyament”. Con la llegada del Tripartito, el nombre cambió a “Educació” y claro, hubo alguien que se dio cuenta y se apropió del termino que había quedado “huérfano”. La situación se complica todavía más cuando la mayor parte de los docentes sigue llamando “Ensenyament” al "Departament d’Educació". El lío está servido y desde la susodicha Delegación se está aprovechando la circunstancia para dar la imagen que todavía tienen poder, controlan todos los proceso de este colectivo, colocan a los trabajadores en los centros que ellos dicen, e incluso legislan, pero no, afortunadamente las cosas han cambiado y ya no son así.
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