Cada inicio de curso el profesorado se plantea, a tenor de la normativa de turno, el terrible problema de la repetición de curso del alumnado. Casi todos son de la opinión que los que no lleguen a unos mínimos, sea por absentismo, por no dar ni un palo al agua… no deben pasar y, por tanto, han de repetir. Esta medida que parece tan evidente, a la hora de la verdad crea muchos problemas en y para los centros. Según la normativa vigente pueden repetir en toda la etapa de la ESO, dos cursos. Eso significa que podemos encontrarnos con alumnos de 18 años, haciendo cuarto de la ESO. Si se hacen repetir a “demasiados alumnos”, se crea una “superpoblación” en las aulas, es decir no caben en el centro. ¿Qué hacer entonces? ¿Los pasamos con asignaturas pendientes y vamos arrastrando el problema y conseguimos, en un equilibrio casi circense, que lleguen a los 16 años y se vayan? ¿Qué hacemos?
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