lunes, 22 de septiembre de 2008

¡Contra el maltrato, tolerancia cero!

Dicen los estudios sociológicos que hay colectivos que son especialmente vulnerables a ser maltratados física y/o psicológicamente. Se habla de minorías, grupos socialmente más débiles como enfermos, niños, mujeres o ancianos. En estas listas, sin embargo, no conozco todavía que se haya hablado del maltrato, en este caso psicológico, que sufren y han sufrido algunos maestros y/o profesores de Religión.

Dentro de la disputa Iglesia y Estado-sociedad laica, parece que todo el mundo tiene derecho a opinar sobre el modelo religioso que quiere imponer, por encima de todo y pasando por encima de quien sea. Es por eso que muchos docentes de religión han sido tradicionalmente maltratados psicológicamente por algunos estamentos y personas en particular. Todo el mundo se ha atrevido y se atreve con ellos: Son débiles, son pocos y han tenido habitualmente pocos derechos…

En el pasado el maltrato psicológico de este colectivo vino a través de los recortes de jornada laboral sin justificación. Crearon un gran malestar y nerviosismo porque se hicieron sin criterio y sin sensibilidad. Mucha gente no pudo más y abandonó. Algunas instituciones contribuyeron a ese maltrato con su silencio de consentimiento.

No hace mucho, el maltrato ha venido a través de las coacciones sobre las formas de vida, actuaciones personales o justificantes que había que presentar por las cuales te podían quitar tu puesto de trabajo: Mejor dicho, de forma eufemística lo llamaban “no renovación”. Este tipo de maltrato todavía sigue, en algunos casos, vigente.

En el pasado, y todavía en la actualidad, el maltrato ha venido y viene dado por los lugares indignos donde se ha colocado al de “Reli” para que ejerza su labor docente (váteres reciclados en aula, comedores de escuela donde el profesor de religión prepara su trabajo, separado de los niños que van a comer, tras una cortina, aulas llenas de columnas y sin visión...).

En muchas ocasiones el maltrato ha venido a través de la contestación o la orden denigrante hacia la persona o su profesionalidad. Expresiones como “vete a empaquetar libros que no te enteras de nada…”,“tú, vete de excursión en coche detrás del autobús y luego te vuelves”, “tú no tenías que estar aquí” o el socorrido "No es por ti, pero estoy en contra de que tú estés aquí”.

Todas estas actitudes hacen daño, denigran y son claramente de maltrato psicológico. Los afectados nunca se atreven a denunciarlo, como pasa con los otros maltratados.

¿Te has sentido alguna vez así? Explícalo, si quieres, en los comentarios.

Continuará....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicitats per l'article. Has descrit, i has gosat dir coses que patim el mestres de religió molt sovint i amb les que m'he sentit reflectida. Jo també he viscut situacions com aquestes, en les que m'he sentit fatal. No podia dormir, no em centrava al meu treball i a més, no ho podia explicar a ningú. Ja es hora que comencem a denunciar aquests tipus d'abusos. La lectura de l'article m'ha reconfortat.