Todos los que hacemos “El Reliblog” os deseamos una
Feliz Navidad.
Bom Nadal.
Bon Nadal.
Zorionak.
Hartos del analfabetismo religioso de muchos alumnos, algunos centros se están planteando, y de hecho ya lo hacen, la impartición de una asignatura de Cultura Religiosa obligatoria para todos ellos. ¿Ventajas? Todas. ¿Inconvenientes? Los que algunas mentes extrañas quieran poner.
En los centros que han apostado por esta opción han desparecido los problemas: Los padres no se quejan de que no pueden educar a sus hijos según sus convicciones morales - más bien todo lo contrario-; los alumnos lo ven como algo muy normal; los demás profesores ven que por fin sus alumnos llegan a cursos superiores con un mínimo de conocimientos básicos para poder explicarles algo de arte, historia, literatura... y las juntas directivas… pues que están encantadas, porque se les solucionan los problemas de horarios y de cómo hacer la segregación de alumnos. ¡Por fin todo el mundo, dentro de la comunidad educativa del centro, está de acuerdo.! Han conseguido, por fin, una escuela integradora pero basada en la pluralidad.
¡Cada vez somos más los que hacemos “Cultura Religiosa” en la escuela pública.!Algunos centros de la concertada religiosa hace tiempo que lo vieron claro y adaptaron sus curricula: Sus libros de texto son más que significativos. Ellos se jugaban su futuro como centro, nosotros, los que trabajamos en la escuela pública, si no lo hacemos, nos estaremos jugando también, además del nuestro, el futuro de otros: El de las generaciones venideras.
Dentro de la disputa Iglesia y Estado-sociedad laica, parece que todo el mundo tiene derecho a opinar sobre el modelo religioso que quiere imponer, por encima de todo y pasando por encima de quien sea. Es por eso que muchos docentes de religión han sido tradicionalmente maltratados psicológicamente por algunos estamentos y personas en particular. Todo el mundo se ha atrevido y se atreve con ellos: Son débiles, son pocos y han tenido habitualmente pocos derechos…
En el pasado el maltrato psicológico de este colectivo vino a través de los recortes de jornada laboral sin justificación. Crearon un gran malestar y nerviosismo porque se hicieron sin criterio y sin sensibilidad. Mucha gente no pudo más y abandonó. Algunas instituciones contribuyeron a ese maltrato con su silencio de consentimiento.
No hace mucho, el maltrato ha venido a través de las coacciones sobre las formas de vida, actuaciones personales o justificantes que había que presentar por las cuales te podían quitar tu puesto de trabajo: Mejor dicho, de forma eufemística lo llamaban “no renovación”. Este tipo de maltrato todavía sigue, en algunos casos, vigente.
En el pasado, y todavía en la actualidad, el maltrato ha venido y viene dado por los lugares indignos donde se ha colocado al de “Reli” para que ejerza su labor docente (váteres reciclados en aula, comedores de escuela donde el profesor de religión prepara su trabajo, separado de los niños que van a comer, tras una cortina, aulas llenas de columnas y sin visión...).
En muchas ocasiones el maltrato ha venido a través de la contestación o la orden denigrante hacia la persona o su profesionalidad. Expresiones como “vete a empaquetar libros que no te enteras de nada…”,“tú, vete de excursión en coche detrás del autobús y luego te vuelves”, “tú no tenías que estar aquí” o el socorrido "No es por ti, pero estoy en contra de que tú estés aquí”.
Todas estas actitudes hacen daño, denigran y son claramente de maltrato psicológico. Los afectados nunca se atreven a denunciarlo, como pasa con los otros maltratados.
¿Te has sentido alguna vez así? Explícalo, si quieres, en los comentarios.
Continuará....
Sorprende en algunas personas las ansias de tener y de acaparar. Y no me refiero sólo a la denuncia que acaba de hacer Benedicto XVI sobre el mal que genera el dinero en la sociedad, sino a otras formas, además del económico, de conseguirlo.
Podemos hablar de acaparar cargos, de querer tener más reconocimiento social, de tener poder o simplemente de poder “colocarse” a costa de lo que sea y de quien sea. Son otras formas de tener y acaparar diferentes del económico, pero igual de malos que éste.
Cada vez me cruzo en mi camino con más personas ansiosas por controlarlo todo: Son personas que duplican o incluso multiplican cargos, para ello manipulan sin escrúpulos, lo que sea; personas que miran de llegar a sus objetivos sin importarles cómo ni a quien dejen tirado por el camino. Vaya, lo que vulgarmente llamamos “trepas”; o personas que se escudan en el poder de terceras personas y que a su sombra se dedican a atemorizar y a crear una red de clientelismo basado en la coacción y en el miedo.
No sé quienes son peores pero desde luego esto que explico no es una novedad de nuestros días. Eso sí, el mensaje cristiano sobre el asunto es claro: “¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? (Mt. 16, 26)